Focos ahorradores de luz

¿Cada vez tu factura de electricidad es más alta y no sabes cómo gastar menos? No lo pienses más, y comienza a usar ya focos ahorradores de luz.

Cada día que pasa, ahorrar energía (y dinero) es más importante. Afortunadamente y desde hace ya algunos años, contamos con una forma bastante sencilla de ahorrar: sustituyendo todos los focos incandescentes (los convencionales o “normales”) que tengas en tu casa y/o trabajo por lámparas o focos ahorradores de luz.

En estos tiempos ir a la tienda y comprar un foco de luz incandescente, termina siendo una de esas veces donde aplica perfectamente la frase “lo barato sale caro”. Y es que en comparación, comprar un foco ahorrador, dependiendo principalmente de la marca y el modelo, puede ser hasta entre 5 y 10 veces más caro que uno normal.

Sin embargo, lo que en un principio parece como una mala decisión en el plazo inmediato, termina por realmente ser una muy buena inversión a corto, mediano y largo plazo. ¿Por qué? Simplemente porque un foco ahorrador dura alrededor de 40 veces más, lo cual si hacemos cuentas, ya es un buen ahorro de dinero.

Pero eso no es todo, ya que además, un foco incandescente gasta el 90% de la electricidad que consume en producir calor, mientras que los focos ahorradores convierten ese mismo 90% en lo que se supone estamos comprando: luz.

Esto último lo puedes notar muy fácilmente. Basta con que permanezcas un par de minutos en un cuarto con un foco incandescente y otro par en uno con un foco ahorrador. ¿En cuál sentiste más calor?

En una época donde la temperatura del medio ambiente sea más cálida (como en el verano), estarás especialmente agradecido de tener un foco ahorrador en vez de uno “normal”. Para el invierno existen también focos ahorradores que producen más calor, aunque esos con un costo un poco más elevado.

Y precisamente debido a su costo, quizás sea un poco complicado comprar al mismo tiempo focos ahorradores de luz para cada una de las habitaciones de tu casa. Sin embargo, puedes hacer la prueba cambiándolos de manera gradual (comprando uno o dos focos al mes, por ejemplo), y dentro de muy poco tiempo te convencerás de que tomaste la mejor decisión al comenzar a notar el ahorro en tu factura de electricidad.