El funcionamiento de una torre solar se basa en la forma de su construcción, por medio de la convección del aire permite aprovechar la energía solar.
Lograr energía limpia e ilimitada hoy no es imposible: algunos que ahora son parte del mundo comercial y hay otros que están en proceso de investigación y desarrollo y que aun no han logrado ponerse en marcha. Sobre esto último se puede hablar de las torres solares, un método de energía renovable que no por estar fuera del mercado, significa que sea inútil.
El funcionamiento de una torre solar se basa en la forma de su construcción.
El cuerpo de este sistema energético permite aprovechar la energía solar por medio de la convección del aire. En otras palabras, la transferencia de energía se da por el calentamiento que producen los rayos del sol en el aire, que al entrar en calor, disminuye su densidad y se eleva.
Cuando la temperatura del aire aumenta, se genera una corriente ascendente cuya energía puede ser aprovechada. Esta dinámica es similar a lo que sucede con el vapor, un gas que por ser más ligero que el aire, tiende a subir.
Las torres solares, cuyo origen se remonta a los inicios del siglo XX, se conforma por dos partes importantes en el funcionamiento: el área de invernadero y el rectángulo al centro de la construcción. La magia de este método de energía renovable está en su ingeniería: la torre consta en su base de turbinas conectadas a alternadores mismos que convierten la energía dinámica en eléctrica.
Es imperioso que la torre tenga un color obscuro, pues así habrá más absorción de radiación solar, elemento necesario para el funcionamiento, así como la inclinación que el área de invernadero debe tener. Con esto, comenzará la conducción de la corriente del aire hacia la boca del sistema.
Las desventajas de este tipo de proyectos es que se trata de construcciones grandes, que ofrecen en escala una energía bastante baja en proporción a la magnitud de la construcción. Los costos para la realización de estos métodos es alto, además que requiere geográficamente, de lugares con climas óptimos para la percepción de luz solar.
La torre solar, idea incubada por el coronel español Isidoro Cabanyes en 1903 y publicada por la revista La Energía Eléctrica en el artículo titulado “Proyecto motos solar” en agosto de ese año, sigue siendo un proyecto con cada vez más ingenieros atentos de por medio, pues aunque cuenta con ventajas y desventajas, la optimización de este método de energía renovable puede llevar a ser un gran avance en el posicionamiento cotidiano de formas limpias de adquirir energía. Tan solo, países como España y Australia ya han puesto en marcha estos proyectos, aunque con poca suerte.