La tecnología solar activa se refiere a mecanismos utilizados para la captura de la radiación del sol y con esta producir energía eléctrica o mecánica.
En un mundo en auge de desarrollo tecnológico y de activismo para la protección del medio ambiente, es lógica la combinación de estas dos para el aprovechamiento de energía. Es por eso que cada vez es más común ver arquitectura sustentable, gracias al uso de recursos renovables. De los cuales, irónicamente, el más destacado logra ser aquel que se encuentra a 149.600.000 km lejos de la tierra: el sol.
¿De dónde obtenemos la tecnología solar activa?
La obtención de energía de este elemento natural mediante tecnología, se divide en dos categorías que dependen de la captura, la conversión y distribución de ésta. Pero la que se destaca por el aprovechamiento de los beneficios del sol, es la tecnología solar activa.
Este término se refiere a mecanismos que son utilizados para la captura de la radiación del sol y con esta producir energía eléctrica o mecánica. El resultado del uso de estas tecnologías puede ser desde la refrigeración, la ventilación o solamente su almacenamiento para darle uso en algún futuro.
El equipo que se maneja para tener dichos resultados es mediante espejos heliostatos, cilindros o discos parabólicos, o también por centrales de torre. Para conseguir altas temperaturas (los 2000 °C), se obtienen a partir de que los rayos del sol chocan en los espejos y se dirigen a un reflector que los lleva a un punto preciso.
Al mismo tiempo, la energía solar activa se divide con base a su capacidad de la transformación de energía, teniendo como resultado dos tipos: la energía térmica y fotovoltaica.
Energía térmica.- Sencillamente produce agua caliente, o en otros términos, en ningún momento genera electricidad. Este sistema es de mero uso doméstico, en calefacción, hasta piscinas. El sistema está compuesto por colectores solares cilíndricos pintados de negro y aislados por un cristal.
Sistemas Fotovoltaicos.- Este sistema genera electricidad. Mediante paneles solares que cuando son expuestos al sol, células de silicio u otros semiconductores generan una corriente eléctrica. Usualmente se sitúa en la parte superior de alguna instalación para tener un mayor aprovechamiento de los rayos solares, pero a veces pueden ser ubicados en el suelo.
Debido a esto el sistema fotovoltaico se presenta como el más ventajoso y favorito en su clase. El nulo mantenimiento, su facilidad de instalación y su coste son algunas de las razones por las que logra ser una buena fuente energética alternativa, a partir de estas nuevas tecnologías.